Las oposiciones en enseñanza, necesarias para culminar el relevo generacional

La educación es el sector más importante de todos de cuantos se compone nuestra economía. Es una herramienta vital para garantizar nuestro futuro, nuestra identidad y nuestra democracia. Una sociedad que no apuesta por la educación va camino de convertirse en una sociedad fallida, en la que pocos argumentos van a existir para la esperanza y el desarrollo, si es que existe alguno. El del profesor o profesora es el trabajo más relevante de todos cuantos existen y de ahí que su figura deba ser tan respetada y valorada en el conjunto de la sociedad. Cuando se deja de valorar esta figura, se dejan de lado todos los valores que nos van a permitir construir un país en el que de verdad merezca la pena vivir.

Creemos que en España sí que se ha valorado correctamente esa figura por parte de la sociedad y de las instituciones de las que depende una labor como de la que estamos hablando. Muchas veces nos hemos quejado de que hay lugares o materias en las que falta profesorado. Esto fue bastante habitual con el inicio de la crisis económica en el año 2007 que tanto daño nos hizo y lo cierto es que, una vez recuperada la normalidad, hemos tenido la capacidad de volver a requerir del trabajo de profesores y profesoras mediante la convocatoria de oposiciones en distintas zonas de nuestro país.

En una información que publicó la página web de Infobae en el mes de noviembre del año pasado se manifestaba que en España hacían falta 54.000 profesores más que a finales del curso anterior, si bien se reconoce que es un sector con una demanda de empleo que es estable, lo cual suele tranquilizar a muchas de las personas que se quieren dedicar de una manera profesional a una actividad como de la que estamos hablando. Es importante que los profesores tengan certeza de que su profesión tiene futuro porque, en caso contrario, quizá decrecería el interés por una actividad tan sumamente importante para la sociedad como lo es esta.

La pandemia implicó un reto mayúsculo para un sector como este. Es cierto que sucedió lo mismo en un sinfín de sectores más que tuvieron que adaptarse a la situación sanitaria que se estaba viviendo en el país, pero la verdad es que el cambio fue particularmente brusco y se requirió de la contratación de más personal para impartir las clases. El portal web Newtral indicó en una de sus noticias cómo se iban a repartir los casi 40.000 profesores contratados para el inicio del nuevo curso escolar. Había un poco de todo en este sentido, desde comunidades como Cantabria, que apenas necesitaron 215 profesores más, hasta la Comunidad de Madrid, que requería de unos 10.600.

Ni que decir tiene que se debería reforzar la educación en los colegios y los institutos en mucha mayor medida y sin necesidad de que hubiera una pandemia de por medio. Creemos que eso es lo que va a terminar sucediendo en nuestro país puesto que tenemos que adaptarnos a esa nueva realidad marcada por el Plan Bolonia en la que las aulas deben estar compuestas por un número de alumnos o alumnas no superior a 15 personas con el objetivo de reforzar el conocimiento que cada uno de ellos y ellas recibe en cada una de las lecciones que tienen lugar en su centro educativo.

Es evidente que existen muchas más posibilidades de aprender en un entorno en el que no hay tanta gente que en otro en el que nos podemos encontrar con un aula prácticamente abarrotada de alumnos o alumnas. A medida que el ambiente se va convirtiendo en algo más familiar, hay muchas más opciones de que los profesores y profesoras tengan la oportunidad de enseñar de una manera personalizada a sus alumnos y alumnas, estudiar cada problema con ellos y ellas de una manera mucho más concreta y, en resumidas cuentas, de proporcionarles una educación de mayor calidad, que es el objetivo que cualquier persona dedicada al mundo de la educación persigue y que es precisamente lo que necesita nuestra sociedad.

Opositar se ha convertido en algo necesario en nuestro país para garantizar el relevo generacional en una buena cantidad de sectores. La educación es uno de los que más necesita ese relevo generacional y la gente joven lo sabe. Es lo que nos hacen saber desde Preparadores Valladolid, una entidad especializada en cursos de preparación para oposiciones al cuerpo de maestros. Sus profesionales aseguran que ha crecido el interés y la confianza de la gente joven en procesos como estos y que, en consecuencia, obtienen una plaza para una profesión en la que hace falta una apuesta firme y creciente por parte de la sociedad.

Cada materia tiene su importancia 

Se puede llegar a pensar, en un momento dado, que asignaturas como Lengua Castellana y Literatura, Matemáticas o Inglés son las más importantes en cualquier itinerario formativo que se siga en un determinado colegio o instituto. Sin embargo, nosotros queremos reivindicar, desde aquí, el valor que cada asignatura tiene en concreto. Por poner ejemplos, podríamos decir que Ciencias Naturales, Biología, Geología, Física, Química o Ciencias Sociales tienen también una gran relevancia en la formación de los y las jóvenes y es necesario que cualquier persona que imparta estas clases sea una verdadera profesional en la materia porque de eso va a depender la calidad de los conocimientos que reciban los y las jóvenes.

Todos los conocimientos nos pueden generar aprendizajes claves para nuestra vida y ese es motivo más que suficiente como para no desmerecer ninguna asignatura en concreto. La cultura es un ámbito de la vida que nunca podemos dejar de lado y lo cierto es que tenemos que hacer todo lo posible por empaparnos de ella para desarrollarnos como personas. Si no lo hiciéramos así, no solo vamos a ver cómo las posibilidades de encontrar un buen trabajo decrecen en un futuro, sino que vamos a ser consideradas personas poco interesantes desde un punto de vista intelectual. Eso no le va a venir bien a nuestra imagen y no nos lo podemos permitir.

Es lógico que va a llegar un momento de la vida en el que vamos a tener que escoger una rama del saber en concreto, pero los caminos de la vida son inexplicables muchas veces y es posible que un determinado conocimiento que adquirimos en el instituto y que aparentemente no nos va a influir en la vida termine siendo relevante para el puesto de trabajo para el que nos contraten en un futuro. Estamos convencidos de que, de entre todas las personas que estáis leyendo este artículo, hay bastantes casos como de los que estamos hablando. Y no nos debe resultar extraño que así sea. A fin de cuentas, muchos conocimientos de diferentes asignaturas terminan convergiendo con los de otras.

El método de enseñanza, un debate abierto

Existe una pregunta que se viene realizando desde hace mucho tiempo y que daría como para escribir el ensayo más largo de todos los tiempos. El método de enseñanza está siempre en el disparadero y la verdad es que sí que sería importante hablar de este asunto para maximizar las posibilidades de hacer posible que las personas retengamos el conocimiento que se nos enseña en las aulas. En España, en muchas ocasiones, se nos transmiten los conocimientos para que los vomitemos en un examen sin que exista una prueba práctica que nos permita reforzar esos conocimientos de una manera más profunda.

El caso del inglés es una de las cuestiones que nos parece un mejor ejemplo de lo que indicábamos en el párrafo anterior. Resulta que, en España, hemos sido demasiado dados a promover ejercicios de rellenar huecos con el tiempo verbal adecuado en lugar de apostar por las lecturas, los speakings o las redacciones, que son los ejercicios en los que realmente se puede comprobar lo que hemos avanzado en el control del idioma. Hace falta más práctica y podríamos decir que sucede en muchas ocasiones lo mismo con otra serie de asignaturas que no tienen nada que ver con esta.

No cabe la menor duda de que hemos aprendido de nuestros errores y que se están poniendo todos los medios a nuestro alcance para intentar cambiar las cosas. En este sentido, que vayan accediendo generaciones jóvenes a un ámbito como lo es la educación es una buena noticia y una manera de terminar de gestar este cambio. El trabajo de los más mayores, por supuesto, es digno de agradecer y ha sido muy útil para nuestra sociedad hasta ahora, pero necesitamos nuevos métodos, nuevas maneras de hacer las cosas. Es así como la sociedad avanza y como vamos ayudando a los y las jóvenes a ser personas mucho más desarrolladas y preparadas para enfrentarse a un mundo laboral como el que tienen por delante. Sin duda, todos esos conocimientos que adquieran van a tener un valor incalculable a la hora de ir construyendo sus vidas.

 

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