Cómo estimular y activar en los niños cada uno de los cinco sentidos

El día a día en la guardería depara muchas sorpresas para los niños y los profesores. Emocionantes actividades y juegos esperan a los niños todos los días. Se trata principalmente de la diversión que los niños tienen mientras juegan y las experiencias que adquieren a través de diversos ejercicios. La capacidad de percibir su entorno a través de sus órganos sensoriales contribuye al desarrollo de los niños. La promoción de las percepciones sensoriales de los niños se considera una parte integral de las habilidades que los educadores y especialistas en pedagogía enseñan en el jardín de infancia. Con la ayuda de algunas tareas y ejercicios especiales, podrás hacerlo de forma relajada y específica.

Activar los sentidos de los niños

En el grupo de la guardería y especialmente cuando juegan con sus amigos, los niños notan muchos detalles. Observan a las personas que los rodean y les cuentan a los adultos lo que notan. Hacen muchas preguntas y quieren saber todo en detalle. Esta curiosidad es particularmente importante y ayuda a los niños a comprender el mundo. Por eso no es de extrañar que la principal tarea de los educadores sea explicar diferentes contextos y hechos a los niños. El contenido que enseñan los adultos incluye, entre otras cosas, los cinco sentidos humanos.

En el jardín de infancia, los niños aprenden qué sentidos existen y para qué las personas los necesitan. Dado que los niños aprenden especialmente bien a partir de modelos y ejemplos, los educadores deberían intentar incorporarlos en sus explicaciones de la forma más completa posible. De esta manera, los niños aprenden cómo funcionan sus sentidos de la vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto y cuándo utilizar qué sentido y cómo. Son particularmente emocionantes los ejercicios en los que sus protegidos pueden probar cosas y aprender más sobre ellos mismos y sus cuerpos.

Descubriendo las percepciones sensoriales: ejercicios para la guardería

Laura García, preparador de oposiciones de PT (pedagogía terapéutica), nos indica que, dependiendo de la edad de los niños, tú como profesional puedes planificar diversas actividades que fomenten las percepciones sensoriales de los niños. Los ejercicios están diseñados para centrar la atención de los niños en sus órganos sensoriales y sus capacidades. La pregunta: “¿Cómo me ayuda el cuerpo a percibir mi entorno?” es siempre el centro de atención. Los niños usan sus sentidos sin pensar en ello. Si los niños se centran en una o más percepciones sensoriales, reconocerán la variedad de información que reciben a través de estímulos del entorno.

El viaje de descubrimiento de las diferentes funciones de los sentidos humanos no siempre tiene que realizarse a través del juego. Los niños suelen encontrar interesantes los ejercicios y las historias sencillas. Para agudizar los sentidos de los niños, es útil pensar primero en qué percepciones sensoriales desempeñan un papel importante en su vida cotidiana. Luego puede contarles a los niños sus propias experiencias. Puede que tenga sentido concentrarse en un significado a la vez y analizarlo con más detalle con los niños. En algunos ejercicios se pueden combinar las diferentes percepciones sensoriales.

Planifica tener tiempo sin juguetes: ideal para agudizar tus sentidos

Impresiones del exterior, la anticipación de la próxima ronda de juegos o un ruido fuerte: los niños se distraen fácilmente. Para activar los sentidos, tiene sentido reducir al máximo las posibles fuentes de interferencia. Para que los niños y niñas puedan prepararse mentalmente para los próximos ejercicios relacionados con la percepción sensorial, es recomendable establecer rituales fijos. El sonido de un gong o de un triángulo anuncia la época sin juguetes, cuando todo gira en torno a los sentidos.

Durante el juego libre, los niños dejan sus juguetes a un lado y se reúnen en círculo, lo que comienza el tiempo sin juguetes. Explica a los niños y niñas qué experimento sensorial está a punto de realizarse. ¿Quizás un juego de dedos sería una buena idea para ponerte de humor para el tema? El objetivo de estos rituales, como el tiempo sin juguetes, es atraer la atención de los niños. Si el grupo está centrado en la materia podrá centrarse en las percepciones sensoriales para poder conocer el mundo de una forma diferente una y otra vez.

Estimula sus sentidos: explorar el mundo con sus ojos

Para aprender el comportamiento de los adultos, los niños deben hacer ante todo una cosa: observar atentamente. Utilizan su sentido de la vista y procesan la información que reciben a través de sus ojos y el sistema visual. Precisamente por eso es tan importante que los niños aprendan a mirar de cerca. Al guiarlos en sus observaciones, los educadores les muestran qué buscar. Pero, ¿qué actividades se pueden integrar mejor en la vida cotidiana?

  • Ver fotos juntos.
  • Caminar con atención dividida en diferentes objetos.
  • Fotografiar o pintar motivos seleccionados.
  • Rompecabezas.

Los ejercicios ayudan a los niños a desarrollar aún más su sentido de la visión y sus ojos. Aprenden a filtrar información y a centrarse en detalles específicos. De esta forma, los niños aprenden más sobre las facetas de su sentido visual y las tareas que cumple. Los especialistas pedagógicos y los educadores pueden variar las diversas actividades en la vida cotidiana del centro. Esto crea un programa variado para los niños que ayuda a promover su percepción sensorial, memoria y desarrollo.

Utilizar el sentido del olfato: estimular sus sentidos

También se puede entrenar la nariz de los niños. Los profesionales de la guardería pueden agudizar el sentido del olfato de los niños incorporando algunos ejercicios en la vida cotidiana y llamando la atención sobre determinadas percepciones. Los pequeños encuentran los olores de formas muy diferentes. Los educadores pueden llamar la atención de los niños sobre su sentido del olfato. ¿A qué huelen los libros de la estantería o la vela en medio del círculo de sillas?

Hay varias oportunidades en el grupo para fomentar el sentido del olfato. Comer juntos ofrece una buena oportunidad para resaltar la percepción de los estímulos en la nariz. El órgano sensorial ayuda a los niños a elegir un plato concreto que les huela especialmente bien. Por otro lado, un olor desagradable también puede indicar que al niño no le gusta un alimento. Estas facetas son apasionantes para los niños y útiles para la vida cotidiana. Utiliza ejemplos de la vida real aquí:

  • ¿Cuál es la diferencia entre una sopa de verduras aromática y un queso?
  • ¿A qué huele una manzana fresca?
  • ¿Qué caracteriza el olor especial del membrillo?

Concienciar a los niños de que no todo lo que huele fuerte tiene por qué ser malo. También en la naturaleza se pueden descubrir diferentes olores.

Haz que los niños busquen olores específicos: por ejemplo, el grupo puede ir en busca de una flor fragante en un prado. También puedes pedirles que describan qué huelen a su alrededor. Puede resultar útil cerrar los ojos. Esto hace que los olores sean aún más intensos para los niños.

Percibir con los oídos: explicar el sentido del oído a los niños

En la guardería, no sólo los juegos forman parte del programa regular, sino también cantar y tocar juntos, momentos de lectura y excursiones. Con las canciones en particular, los educadores y profesionales de la educación pueden entusiasmar a los niños con un tema y dejarlos llevar. Además de las canciones que los niños pueden cantar, también se puede entrenar el sentido del oído de los niños con otros métodos:

  • Golpeteo rítmico.
  • Asignar sonidos familiares.
  • Imitar sonidos de animales.
  • Acompañar canciones con instrumentos sencillos.

Por ejemplo, los cuidadores de un grupo de niños pueden marcar un ritmo que luego los niños tienen que imitar. Para hacer esto, usa un tambor o simplemente golpea con la palma de tu mano una mesa o el suelo. En cualquier caso, los sonidos deben ser fáciles de escuchar para el grupo. Los niños deben concentrarse en la secuencia de sonidos y memorizarlos bien. De esta forma se entrena tanto su atención como su memoria y al mismo tiempo se aumenta su concentración. Luego los pequeños deberán repetir el ritmo juntos.

A través del ejercicio, los niños afinan su sentido del oído y también obtienen un mejor sentido del ritmo. Para intensificar el conjunto también puedes utilizar grabaciones sonoras. No son sólo las canciones las que son importantes para los niños. La comprensión auditiva de los niños también se ve influenciada por todos los demás ruidos de su entorno:

  • Sonidos de animal.
  • El crujido de una puerta.
  • El silbido del viento.

Todos estos son ejemplos de sonidos que de otro modo serían fácilmente ignorados. Llama la atención de los niños sobre los sonidos y pídeles que los nombren. De esta forma se entrena también el oído como órgano sensorial y los niños escuchan más atentamente. Al mismo tiempo, los niños de la guardería entrenan sus habilidades lingüísticas.

Estimular los sentidos: los niños aprenden a saborear

Por lo general, los niños pueden decir exactamente lo que les gusta y lo que no quieren comer. No es raro que en el plato se prefieran los dulces a las verduras. Uno de los objetivos que los educadores y profesionales de la educación quieren conseguir con su trabajo es fomentar el sentido del gusto en los niños. Los niños deben aprender no sólo a diferenciar entre “sabroso” y “no sabroso”.

Al igual que el sentido del olfato, el gusto también se puede explorar y descubrir más de cerca durante una comida compartida. Los niños suelen disfrutar especialmente de los ejercicios que desafían su sentido del gusto. Se les permite probar cosas y describir a qué saben.

Algunos alimentos son más adecuados para degustar en la guardería que otros. Eso sí, hay que aclarar de antemano qué componentes de los alimentos no son tolerados por determinados niños para poder evitarlos. Las manzanas o el plátano, por ejemplo, suelen ser buenos para entrenar el sentido del gusto .

¿Qué variedades tienen un sabor especialmente ácido? ¿Cuál es la fruta más dulce? Para el ejercicio, puedes, por ejemplo, cortar diferentes tipos de frutas en trozos pequeños y prepararlas. Luego, cada niño puede probar cada variedad y compartir sus experiencias con los demás. De esta forma se pueden estimular los gustos de los niños. Desarrollan su capacidad para distinguir entre diferentes gustos.

Sentir: entrena su sentido del tacto

Por último, los educadores y profesionales de la educación también pueden promover el sentido del tacto de los niños. Las habilidades de percepción táctil de los niños pueden desafiarse y perfeccionarse mediante tareas específicas. Cuando juegan en el arenero o durante paseos por la naturaleza, los niños exploran su entorno tocándolo con las manos. Acarician animales, cavan hoyos o meten las manos en el agua. De esta forma, a través del tacto conocen mejor los objetos y su entorno.

La capacidad de percepción táctil del ser humano no se puede entrenar únicamente absorbiendo estímulos en la mano. Los niños pueden experimentar sensaciones táctiles a través de la piel de todo el cuerpo. En el jardín de infancia se pueden realizar diversas actividades que contribuyan al desarrollo de esta forma de percepción de estímulos. Por ejemplo, los niños se divierten adivinando objetos ocultos palpándolos. Por ejemplo, los educadores pueden esconder cosas en una caja cubierta o en una caja con arena. Luego, cada niño puede sentir y adivinar qué objeto hay en el recipiente. Los especialistas también pueden realizar ejercicios con los niños para agudizar su conciencia corporal.

Vincular percepciones: ejercicios para agudizar los sentidos

Las percepciones sensoriales humanas son diversas y se complementan entre sí para formar una imagen global individual. Este panorama general varía según el entorno. Además de los cinco sentidos conocidos que configuran la percepción de los niños, el sentido del equilibrio también juega un papel importante.

Por este motivo, también se debe entrenar el movimiento y la motricidad de los niños. Como órgano sensorial, el oído no sólo asume la tarea de percibir acústicamente los sonidos. También permiten a las personas mantener el equilibrio porque el sentido del equilibrio se encuentra en el oído. Los ejercicios de equilibrio y el ejercicio al aire libre ayudan a los niños a desarrollar esta capacidad.

Una amplia variedad de estímulos afectan la percepción de los niños, especialmente al aire libre. Por lo tanto, en la naturaleza, los niños tienen que procesar de forma independiente la información que reciben a través de sus percepciones sensoriales. De esta forma, se pueden agudizar los sentidos de los niños dando paseos por el bosque o pasando tiempo en el jardín. Los educadores y especialistas en pedagogía desempeñan el papel de acompañantes. Explican a los niños lo que sucede a su alrededor y a qué deben prestar atención. De esta manera, los niños amplían sus habilidades y se desarrollan aún más.

Compartir

Más comentados