Manualidades con velas

Las velas se crearon para iluminar en la oscuridad. En sus orígenes, eran cilindros con una mecha, diseñados con la única finalidad de proporcionar luz cuando era necesario. Sin adentrarnos mucho en la historia de estas luminarias de cera, vamos a adentrarnos en el mundo de las manualidades con velas. En este artículo, queremos hablar de cómo reciclar esas velas a medio quemar y hacer con ellas nuestras propias velas. A modo de manualidad o quizá, obra de arte. Porque si algo tienen las velas, es que con ellas, se pueden hacer auténticas joyas artísticas, so pena que luego, ardan.

Puesto que estamos en la era de la sostenibilidad y reciclar es el no va más de la vanguardia, reciclar esos restos de velas, puede ser tanto una actividad creativa como un acto de sostenibilidad y buenas practicas. Por lo tanto no hay que tirar las velas viejas, ya que, de una forma muy sencilla y amena, es posible crear velas propias, únicas y exclusivas. Si eres de esas personas que tienen en sus armarios o muebles velas viejas a medio quemar y no sabes qué hacer con ellas, salvo tirarlas, cambia el chip. Deja de acumular cera vieja y reconviértela en una bonita vela reciclada. Nada de desechar más velas a partir de este momento, ya que es posible concederles una nueva vida.

Hemos entrado en Mas Roses, fabricantes de velas de todo tipo y no ha dejado de sorprendernos la infinidad de tipos de vela que se pueden encontrar. Esto no ha hecho si no despertar nuestras ganas de crear nuestras propias velas recicladas y poder usarlas, tanto como elemento decorativo como para ambientar el hogar, sea con luz o con aromas. Lo mejor de esta actividad recreativa, es que puede hacerse sin la necesidad de recurrir a objetos o utensilios de los que no se dispone. Lo más probable es que tengas lo necesario para empezar en tu cocina.

Nueva vida a las velas

No podemos decir larga vida a las velas, puesto que tienen una vida limitada si las usas. Pero si podemos decir, alto y claro, nueva vida a las velas y dando rienda suelta a la creatividad, crear velas de forma artesanal y creativa. Una vez te decidas a ponerte manos a la obra, puede añadir a tus velas hierbas secas, aromáticas, colores… Existen opciones infinitas aunque lo mejor, es empezar por lo más básico y sencillo, para después añadir el toque personal de cada uno.

Por lo tanto, empecemos por lo más básico con un par de opciones de lo más fácil y sencillo, perfectas para los más noveles y aquellos que han decidido iniciarse en el mundo del reciclado de las velas más viejas. Para empezar se necesita reunir los siguientes objetos:

  • Restos de velas viejas (obviamente)
  • Ceras de colores en el caso de querer obtener algún color específico. Es posible comprar tintes en las tiendas especializadas.
  • Cordón de algodón.
  • Una olla para poder hervir agua.
  • Recipientes para meter y fabricar las nuevas velas.
  • Aceites esenciales.
  • Hierbas aromáticas, café, limón, naranja…

Con todo esto reunido, es momento de ponerse a trabajar. Lo primero de todo, será crear las mechas. Sin mecha, una vela no tiene demasiada utilidad. Como una de las reglas es utilizar principalmente aquellos objetos o elementos de los que disponemos en casa, utilizar cordón de algodón para fabricar las mechas. De tal manera que para empezar, hay que cortar la mecha al tamaño adecuado, es decir, un poco más largo de la altura del recipiente o molde en el que se va a hacer la vela.

Una vez obtenidas las mechas, hay que remojar los cordones en cera previamente fundida y dejarlas secar colgadas. Aunque resulta bastante sencillo, para aquellos a quienes resulte laborioso, pueden encontrar mechas de madera o textiles en cualquier tienda de manualidades.

Realizado este primer e indispensable paso, sobre todo si se tiene la intención de que las velas funcionen, toca encargarse de la cera. La cera vieja vamos. Para este paso, es necesario recurrir a un cuchillo grande y afilado, con la finalidad de partir los pedazos de las velas viejas en trozos pequeños. Este trabajo previo, permite que sea más fácil y rápido derretir la cera. Antes de nada, hay que asegurarse de limpiar esa vela vieja y eliminar los trozos manchados o quemados. Así se evita que la vela nueva salga sucia.

Ahora sí, a fundir cera. Es necesario un recipiente al baño maría, en el que se introducen los pedazos de cera. En este recipiente, se derrite lentamente la cera hasta que se quede totalmente líquida. Aunque parezca una idea atractiva, mejor no recurrir al microondas para este paso. Conviene más prestar atención al fundido y comprobar que se derrite totalmente. Justo en este punto de liquidez, es el momento de añadir las ceras de colores o el tinte concreto, si la intención es obtener una vela de color. Nada de probar suerte con los colorantes alimentarios o la tinta para escribir, aparte de no mezclarse bien, puede resultar tóxico.

Añadiendo el toque personal

Como estamos haciendo velas a nuestro gusto y forma, es el momento de agregar los aceites esenciales que más gusten a cada uno. Con este añadido, lo que se pretende es proporcionar olor a las velas. Algunos ejemplos de los efectos que pueden tener las velas con olor son los siguientes:

  • Aceite esencial de pino para disminuir el estrés, el dolor muscular y los resfriados.
  • Aceite esencial de menta como estimulante, alivia y refresca mente y cuerpo.
  • Aceite esencial de pachulí como aroma antidepresivo y afrodisiaco.
  • Aceite esencial de citronela como anti insectos natural, ya que este aroma los ahuyenta.
  • Aceite esencial de naranja para revitalizar y proporcionar energía.

Con estos ejemplos ya puedes hacerte una idea de todo lo que puedes hacer por tus velas viejas y, tus velas nuevas, pueden hacer por ti. La cuestión es hacerlas a tu gusto y siguiendo tus preferencias personales.

Hemos dado ya los tres pasos esenciales en el camino de reciclar velas y convertirlas en velas personalizadas. Ahora toca el último de los pasos antes de poder disfrutar de un trabajo bien hecho. Este paso final, consiste en verter la cera derretida y decorar las nuevas velas. Una vez la cera posea el color deseado y desprenda el aroma de elección, es el momento de verterla en un recipiente adecuado y previamente seleccionado. Colocar la mecha en el mismo y sostenerla con unas pinzas de tender la ropa, por ejemplo, o un trocito de madera para evitar que se mueva, es fundamental en este paso. También se puede poner algún grano de café, ramitas de lavanda o cualquier cosa que tenga un origen natural. Con cada ocurrencia personal, se confiere un toque todavía más personal y especial a cada una de las velas fabricadas.

Verter el líquido en el molde con su mecha, hacer esto con extremo cuidado pues la cera caliente, quema y mucho y, dejar enfriar. A medida que la cera se vaya atemperando y enfriando, irá cogiendo el cuerpo y la consistencia necesaria para dar como resultado la vela nueva y reciclada.

Ahora sí, una vez enfriada del todo, puedes utilizar tu vela como más te convenga. Dejarla como ornamento decorativa un tiempo, encenderla a ver que aroma desprende o regalarla a algún ser querido.

Conociendo el proceso y sabiendo ejecutarlo de la forma adecuada, algo tremendamente fácil como se puede ver, es posible ampliar el horizonte. El mundo de las velas se abre ante ti y puedes hacer velas para decorar sustituyendo el recipiente por latas o haciendo velas flotantes. También es posible, fabricar velas decorativas con infinidad de formas, tamaños y diseños. Añadirles pegatinas y darles un toque decoupage o fabricarlas con moldes de mayor complejidad para obtener las formas más interesantes.

Existen en el mercado infinidad de moldes de lo más diversos, diseñados exclusivamente para crear velas de todo tipo. Si además, esas velas creadas, se fabrican con velas recicladas como hemos aprendido en este artículo, mejor que mejor.

Antes de finalizar, recordar que este tipo de manualidad, es tan apto para adultos como para niños. Aquellos papas que no tengan mucha idea de qué hacer con los peques de la casa ahora que sigue imperando el mal tiempo y el frio, pueden inculcarles el valor del reciclaje. Empezando por el de las velas. Para los más pequeños, además de toda ser toda una experiencia creativa (ver como se derrite la cera y luego vuelve a coger forma, fascina a cualquiera), se añade valor a la misma por tratarse de una actividad sostenible. Empezar a inculcar estos valores desde pequeños, es la mejor manera de que aprecien y valoren los objetos y todo aquello que se hace con las manos. Además de concienciar sobre el medio ambiente.

En resumidas cuentas, a quien más y quien menos, les gusta andar con la cera. Aquel que nunca haya metido el dedo en la cera derretida de una vela a ver qué pasa y se haya cubierto el dedo, corriendo el riesgo de quemarse, con una fina película de cera, que tire la primera piedra.

 

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