Te cuento cómo aprendió mi hijo a tocar la guitarra eléctrica

Creo sinceramente que una de las mejores cosas que ha inventado el ser humano a lo largo de su vida en la Tierra ha sido la música. Pensad bien en algún momento feliz que hayáis tenido recientemente y no me digáis que no está conectado de alguna manera con la música. Una boda es un buen ejemplo de ello, una fiesta, un baile, un concierto… Las mejores cosas de la vida ocurren cuando hay un móvil, ordenador, tocadiscos o cualquier otro aparato reproduciendo una canción. O cuando la música la escuchamos en directo.

Es lógico que, una vez que somos conscientes de la relevancia que tiene la música en nuestra vida y felicidad, queramos aprender a tocar un instrumento o, como mínimo, tratemos de imaginar cuál es el que mejor se nos daría. En mi caso, por ejemplo, os podría decir que es la batería la que siempre he querido tocar, si bien es cierto que nunca he contado con el tiempo suficiente para hacerlo. Un amigo mío dice que “nunca es tarde” para empezar con esto y sé que es verdad. Por tanto, no descarto subirme al carro en alguna ocasión.

Quien sí goza del tiempo suficiente para ello es mi hijo David, de 15 años. Siempre ha sido un chaval muy aplicado a la hora de adquirir nuevos conocimientos. En el instituto es un verdadero fenómeno y siempre ha tenido curiosidad por conocer de primera mano algunas de las cosas que tienen que ver con la música. Siempre que hemos podido, mi mujer y yo le hemos puesto a los grandes grupos de rock nacionales e internacionales. Y, claro, el muchacho se ha sentido atraído por la manera en la que todas esas canciones que llegan a sus oídos son producidas y ejecutadas en directo.

La diferencia entre él y yo es que él ha apostado por la guitarra. Siempre he sentido admiración por los guitarristas porque me parece que tocan el instrumento más difícil de todos y en el que más personas ponen sus ojos y oídos. Hay que tener una precisión muy grande y tener un gran manejo con los dedos. De lo contrario, estás perdido como guitarrista, como es lógico. Lo cierto es que David siempre ha demostrado tener esa precisión y yo sé que ese uno de los motivos por los cuales estoy seguro de que va a ser un guitarrista excepcional.

Los rockeros que más le llamaban la atención desde que era bien pequeño eran guitarristas. Su preferido no ha sido otro que Slash, el de los Guns N’ Roses, aunque también ha sentido predilección por Angus Young, de ACDC, por el irlandés Rory Gallagher, por Gary Rossington, de Lynyrd Skynyrd o por C.C.Deville, de un grupo estadounidense de glam metal llamado Poison. Me siento especialmente orgulloso de que personalidades de este nivel hayan cautivado la atención de David desde hace tantos años. Siento que algo hemos tenido que hacer bien para que así sea.

Todos ellos fueron culpables de que David decidiera hace algún tiempo aprender a tocar la guitarra. Lógicamente, y como no podía ser de otra manera si tenemos en cuenta el tipo de guitarristas que siempre le han gustado, siempre le ha llamado la atención la guitarra eléctrica, que es la que más se suele asociar a los grupos de rock y heavy metal que ha escuchado desde pequeño.

David tuvo siempre claro que quería aprender a tocar la guitarra eléctrica… y se lo tomó tan en serio que, en apenas unos meses, empezó a convertirse en un verdadero experto en este campo. Lo que hicimos fue apuntarle a la escuela de música Piccolo para que aprendiera los principios básicos, eliminara algunas pequeñas carencias y potenciara sus virtudes.

Como padre que soy os diré que muchas veces no solo es importante valorar la cantidad de conocimientos que un hijo va adquiriendo con el paso de los días en una materia. También es muy importante saber que ese hijo está ilusionado con lo que está aprendiendo. Y esa fue la sensación que me iba transmitiendo David día a día. Que estaba ilusionado con aquella etapa de la vida que se le acababa de abrir. Que tenía todas las ganas del mundo por seguir aprendiendo conceptos y nuevas técnicas para dominar la guitarra eléctrica. Que, en resumidas cuentas, estaba mucho más que motivado para alcanzar lo que ya empezaba a ver como un verdadero sueño: tener su propia banda.

Guitarristas hay muchos, desde luego. De hecho, y según una información publicada en la web del diario La Verdad, la guitarra es el segundo instrumento que más se toca en todo el mundo. Por tanto, hay que ser muy bueno o tener mucho carisma para destacar en una actividad como esta. No es fácil hacerse hueco en el mundo de la música siendo guitarrista (con los baterías ocurre lo contrario y eso hace que me arrepienta todavía más de no haber aprendido a tocar este instrumento). El caso es que creo sinceramente que David, que todavía es muy joven, va a poder vivir de la música. No sé cuándo podrá empezar a hacerlo, pero estoy seguro de que ese objetivo lo va a cumplir.

David ya tiene una pequeña banda de rock con la que, además de estar dando rienda suelta a todas las técnicas que domina perfectamente con su guitarra, está componiendo temas propios. Podría decir que su grupo tiene un estilo que se da un aire al rock callejero de Extremoduro o Platero y Tú, que llenaban locales y estadios en la década de los noventa en todo nuestro país. El guitarrista de las dos bandas, Iñaki “Uoho” Antón, está considerado por muchas personas como el mejor guitarrista de este país. Y veo en David muchas de las cosas que siempre vi en Iñaki.

Como veis, ilusión no me falta y a mi hijo tampoco. Cuando las cosas se hacen con esa ilusión es cuando hay más posibilidades de que salgan bien y de que nos hagan felices. Ese debe ser el objetivo con el que nos enfrentemos a cada uno de los retos que la vida nos pone por delante. David tiene algo en la vida que le hace realmente feliz y, si consigue vivir de ello, podríamos decir que no tendrá que trabajar ni un solo día de su vida porque su trabajo será su hobby. ¿Puede un padre o una madre sentirse más feliz en ese caso?

Rock: un estilo de música que no está muerto ni mucho menos 

Hay muchas personas que me han mostrado sus reticencias cuando les he transmitido que David puede llegar a dedicarse a la música de manera profesional. El motivo que me han transmitido esas personas para tener dudas es que el género musical que nos gusta, el rock, no es muy popular en este momento. Cuando me dicen eso, directamente me entra un ataque de risa.

Es cierto que la época dorada de un género musical como del que estamos hablando llegó, a nivel internacional, en la década de los setenta o los ochenta. En ese periodo aparecieron muchas de las bandas más carismáticas y conocidas de la historia de la música. Pero, aunque esas bandas ya tengan una edad bastante avanzada y el estilo de música que suene en la mayoría de los bares y discotecas sea otro, creo que falta mucho para decir que el rock ha pasado de moda. Solo tenemos que ver la afluencia de gente a conciertos como los de Iron Maiden, ACDC o Bruce Springsteen y la E Street Band. En el último año hemos recibido la visita de las tres y se han agotado las entradas en cuestión de segundos. ¿Seguro que el rock está muerto?

Por supuesto que no lo está. Sigue habiendo mucha gente que también escucha rock nacional. Las canciones de los ya referidos grupos Extremoduro y Platero y Tú se unen a las de clásicos como Barón Rojo, Los Suaves, Obús, Rosendo, Héroes del Silencio o M-Clan. El fin del rock no se encuentra ni siquiera a la vista.

Ah, por cierto, y también hay mucho futuro por delante. La página web Mariskal Rock publicó, en el enlace que os vamos a dejar a continuación, una lista con diez bandas emergentes de rock nacional que están causando sensación y que a buen seguro van a empezar a ser conocidas por el gran público más pronto que tarde, si no son conocidas ya a nivel estatal.

El rock es una apuesta segura. Si nunca os habéis sentido atraídos o atraídas por este estilo de música, os animo a que le deis una nueva oportunidad. Dentro del rock hay muchos subgéneros y seguro que podréis encontrar alguno para vosotros y vosotras. Es la mejor música del mundo y es un sinónimo absoluto de disfrute, de liberación. Un estilo de música como este se fundó para ello. Y lo cierto es que cumplió y sigue cumpliendo a día de hoy con esas expectativas.

 

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